LA VERDADERA HISTORIA DE LOS TRES CERDITOS.
Nuestra
historia tiene comienzo en la cueva de un lobo hambriento pero amigable.
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Hoy este lobo está muy contento, porque la
editorial “LDLMP” (Libros De Los Más Pequeños) le acaba de publicar la historia
que protagonizan él y tres cerditos regordetes.
Esta historia cuenta así:
Erase una vez una madre cerdita con sus tres
hijos cerditos, que trabajaba día y noche para que todos tuvieran algo que
llevarse a la boca cada día. Pero para sus hijos nunca era suficiente comida, siempre
estaban hambrientos, así que un día decidió que ellos también tenían que trabajar.
Al día siguiente, despertó a sus hijos temprano
para llevárseles al trabajo con ella, pero los tres rechonchos cerdos se
resistieron.
La madre, cansada de tanta tontería, les dijo:
- ¡¿No
estáis contentos con lo que os puedo dar pero tampoco queréis esforzaros por
tener una vida mejor?! ¡Pues iros a vivir al campo!
Y
echó a sus hijos de la casa dando un gran portazo.
Los tres cerditos vagaron por el bosque hasta
que vieron una cueva llena de estanterías con libros y más libros. Entraron
pensando que todo estaba abandonado, pero no tardaron en darse de morros con un
gran lobo gafudo.
- ¿Qué hacéis aquí
pequeños cerditos rosados? - pregunto el animal - Los cerdos vivís en grandes y
bonitas casas y granjas, no en sucios bosques. – continuó.
- Eh…es que nos…nos
hemos… perdi… ¡Perdónenos por entrar en su casa señor lobo! Nuestra madre nos echó
de casa esta mañana diciéndonos que no nos quería y que éramos lo peor que le
había ocurrido nunca. - mintieron los cerdos.
- Somos Arturo, Antonio
y Alfonso, de la familia Barridalda.
El lobo, conmovido por la increíble historia
que le acaban de colar los cerditos, les dejó quedarse en su casa hasta que supieran
manejarse en el campo por sí solos.
Pasaron los días y los cerditos aprendieron la
pequeña gran vida del campo. Un día el gran y sabio lobo les dijo:
- Cerditos,
fui a casa de vuestra madre y ella me contó su versión de la historia. Si me
habéis mentido, por favor, marchaos de mi casa inmediatamente.
Los cerditos gruñeron y se pusieron a revolver
entre los libros hasta conseguir que en sus pequeñas patas aparecieran pequeñas
heridas.
El lobo, asustado, corrió a curarles las
heridas pero…, al hacerlo… se manchó las patas con sangre de los cerditos; ¡había
caído en su trampa!
Los cerditos corrieron por todo el bosque
gritado y lloriqueando hasta que las ardillas y los pájaros, los ciervos y los
osos, se detuvieron para mirarlos:
- ¡¿Quién
os ha hecho esa crueldad?! – preguntaron.
Los cerditos no necesitaron decir nada para
explicarlo, porque había llegado el lobo con las patas manchadas de sangre.
Los animales corrieron hacia él y lo quisieron
mandar al gran tribunal del bosque pero, antes de que se pusieran de acuerdo,
vino una pequeña familia de zorritos pidiendo calma y tranquilidad.
- Nuestro
compañero el lobo no ha hecho nada malo. Han sido los cerdos, cochinos
embusteros y sucio trigo. No nos fiábamos un pelo de los nuevos habitantes de
nuestro bosque, así que nos pusimos a espiarlos, y vimos que no dejaban de
pensar jugarretas para fastidiar al lobo.
Los animales del bosque creyeron las palabras
de los zorros, ya que eran habitantes del bosque desde siempre y todos se
llevaban bien y se ayudaban. Entonces todos decidieron que era hora de expulsar
a los cerditos.
Los cerdos se volvieron a su casa, comprando su
comida con el dinero que ganaban trabajando para los animales del bosque.
¡Ah! Y el libro de nuestro amigo el lobo fue
todo un éxito.
Fin.
Escrito por: Emili
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